Rock al parque:naturaleza viva...

En el marco final de Rock al parque se dio una serie de foros llamados Cultura-rock-ciudad

Durante mi angustiosa adolescencia fijé que música rock era una forma sutil pero agresiva de la penetración cultural del imperialismo norteamericano. Pero al leer a un escritor caleño para más señas, Andrés Caicedo, mis límites ideológicos se diluyeron bastante, porque, en su obra, Qué viva la música cumplió casi la misma función pedagógica que estaba presente por la época: el escritor militante de compromiso social; Caicedo lo hace cabalmente(no voy aquí a analizar su obra).Uso este contexto para decirle al anónimo lector de estas glosas, que durante tres intensas jornadas participé como oyente y fotógrafo, en cultura-rock-ciudad, en el marco de Rock al parque. Evento de Bogotá, que ha establecido records nacionales de asistencia y ha generado nuevos aspectos alrededor del rock local. Pues van aquí las glosas como una especie de enviado especial que nadie me ha pedido.


Rock al banquillo I

Álvaro González, alias "El Profe" era el moderador para que Mario Duarte y Juan Carlos Rivas nos contaran cómo surgió La Derecha en los años coincidentes de los inicios de Rock al parque. De oídas, supe de la existencia de esta banda porque residí entonces en el mismo barrio, y a Mario Duarte lo catapultó en la escena televisiva el personaje de Nicolás Mora en la telenovela Betty, La Fea. Del anecdotario se dijo mucho, que el rock y las melenas y el fumar marihuana tenía una postura contestaria y de rebeldía frente a sus mayores, y entre el combo de amigos se agrupó La Derecha( pensaba en el recursivo uso de las palabras en las bandas nacionales, pues, la otra derecha, la político militar económica siempre ha estado tan presente y combatiendo compañero TODA la vida en la tensa escena social para muchos males en la sociedad colombiana). Al final, los relámpagos de los medios y los aplausos no se hicieron esperar y yo quedé con la molesta sensación que había ido a una reunioncita familiar para recordar nostálgico lo que nos hacen los años irremediablemente a todos: volvernos viejos…

Rock al banquillo II

En el entretanto salí al baño y, al regreso, de paso me detuve al refrigerio de rigor: un suculento falafel, con un delicioso sorbete de mango helado, casi congelado, pero de aspecto noble que removí frecuentemente y a sorbos cortos terminé la ración alimenticia. Cuando entonces vi a un joven melenudo con gafas. Pensé que el hábito sí hace al monje, porque a simple vista el joven era un rockero. Después resultó ser Eugenio Chain, entrevistador del músico líder de la agrupación norteamericana Fischerspooner que se desgranó atropelladamente, en la traducción simultánea, todo su discurso iconoclasta del medio artístico y musical, por supuesto. Además, que disparaba una idea tras de otra, y con una carga de profundidad como las olvidadas minas submarinas diciendo incorrectamente lo que hacía, y de sus métodos toderos de asumir el arte como expresión muy personal, donde le noté cierto tufillo de sofismas por escandalizar, en esta onda de convergencia tecnológica que se tomó al ser humano hoy en este planeta sufrido de la tierra.

Rock al banquillo III

Pablo Carbonell, el hacedor de los Toreros Muertos, entraron entonces en la movida madrileña con un viento profundamente renovador en el llamado destape español, del cual se siente activo partícipe. Además, formador de bandas especiales con una carga de expresión inolvidable para los que ya alcanzamos la cincuentena, que con sus líricas nos hacen recordar aquellas letras irreverentes de la aguita amarilla y Pilar con sus tetas…Y sentir cómo se hizo participante también en el rock colombiano de la época contribuyendo como productor en la grabación de la banda bogotana, Hora Local.

La segunda jornada, se caracterizó, en que todo nos llega-llegamos- tarde hasta la muerte, según el comentado verso del inolvidable poeta chiquinquireño, don Julio Flórez.

En esta charla, más que debate puntual, pues no quiero usar otra horrenda palabra que usó Andrés Hoyos moderador de turno, inicio el tema a conversar: la crisis y resurrección del periodismo cultural pues los suplementos literarios desaparecieron de la prensa escrita hace tiempos, las revistas literarias, como el malpensante, organizadora de estos foros, sobrevive por puro capricho de su dueño, digo yo. La crónica, que alguna vez en Colombia floreció como hervidero y taller de grandes escritores y novelistas por ende, se arrinconó, en revistas especializadas, a las que le revuelven farándula y desnudos para vender los ejemplares.


En amplio resumen, se dijo siempre lo mismo que oído desde que inicie desde mis lejanos años de adolescencia como participante activo del espectro cultural. La pregunta que abrió fuegos decir que si una lámpara del techo del teatro Colón suscitó tal correr de tinta, sin que haya sangre en nada, porque, en lo puntual y esencial de los asuntos del periodismo, se repite y se repite lo mismo. Tal vez, lo que brilló y quedó flotando en el ámbito y en las mentes participantes fue que hoy por hoy, la fuerza arrolladora de los medios alternativos puso a la mano de los que quieren expresar algo, mediante la maravillosa red mundial de internet, con los millones de blogs hizo crisis en el individuo llamado periodista porque la gente, en este caso los jóvenes, si no leen en los medios tradicionales y los soportes de papel, si están íntimamente conectados ya, para envidia de toda la estructura industrial de los medios de prensa escrita, que incursionan entre ensayo y error, tratando de penetrar más contenidos específicos ,juveniles con nichos especializados porque no hay derroteros ni temas a seguir. Por tanto ser periodista es lo que está en crisis en la forma tradicional, porque la convergencia tecnológica lo obligó a morir entre el toderismo, o asimilarse a los nuevos medios alternativos y casi revolucionarios que introdujo la infinita nube creciente de la red : hacer sentir su formación universitaria, y superar aquello que siempre se ha dicho del periodista: un centímetro de profundidad en un mar de conocimientos, pero…el debate sigue y seguirá latente.

Después se pasó a la trayectoria profesional de dos fotógrafos argentinos especializados como son Nora Lezano y David Sisso, profesionales de la fotografía de expresión artística con imágenes que han creado carátulas y portadas, y carteles para bien o mal, que con ellas han creado iconografía entre el imaginario colectivo de las estrellas argentinas del rock, que en sus medios han enriquecido la forma y el concepto con los hacedores del rock, y por extensión en la publicidad.

En cierto roquero ideal, se conjuga ahora la necesidad de la expresión music al con la de hacer crónica como de batallar por conseguir financiamiento en sus proyectos de vida y hacer del rock expresión artística y de vida; o sea, vivo de lo que hago, y hago lo que me gusta. Entonces el segmento de la tercera jornada con el foro dedicado a los cronistas, blogueros y roqueros, los tres cargos se conjugan y confluyen en una sola persona para el bien decir, o mal decir mejor cuando mal escriben, o la vida de libélula efímera, que tantas veces contiene el espontáneismo de inventarse un nombre , y a partir de allí generar contenidos, en su blog, recordación, por supuesto, hacer negocio y vivir de ello.


Lo puntual, que el periodista, en el medio tradicional se lo obliga a batallar con el toderismo de siempre, que no tiene temas vedados, pero que con la irrupción de las nuevas tecnologías y la creciente ola de los blogs, en las mismas plataformas de los mismo medios que trabajan pueden expresarse libremente entre comillas, se dijo, pero que notan que allí si pueden expresar lo que quieran, otra vez, más comillas.

Y para terminar, el foro, se dio rienda suelta en las músicas recordadas porque cada uno construyó su imaginario roquero y musical desde las letras y melodías que oyeron desde los The Beatles, donde señaló muy puntual Barberena, periodista mexicano, es que el rock va y viene, ya no hay más estridencia que la que ya alcanzó y todo está en una infinita fusión de géneros que vislumbran que el rock se instaló en la cultura del siglo XXI como la expresión musical de un siglo XX que agonizó en su esplendor industrial y de medios de crear entretenimiento que lega la cultura ya propiamente mediática de las estrellas.

Queremos rock gritaba entonces en la televisión un personaje inolvidable de Héctor Suarez, comediante mexicano en los años 70 y 80. Durante diesiciete años una ciudad como Bogotá, en intensos cuatro días trasuda rock en su juventud ávida de expresar su malestar con la sociedad y su entorno mediante acordes metaleros, de pura electrónica, de fusiones tropipop, de búsquedas con las más tradicionales temas de la llamada música vernácula, y por supuesto en una sociedad atravesada de tanta tensión social donde el rock musicalmente hablando puede expresar el malestar de su cultura y su sociedad cada vez más asimilada a esta expresión cultural.

Participantes:Mario Duarte, Álvaro González El Profe,Juan Carlos Rivas; Eugenio Chahin, Fischerpooner; Mario Jursich, Bruno Galindo, Pablo Carbonell;Andrés Hoyos,Miguel Barberena, Álvaro Buela, Marcel Ventura, Mariángela Rubbini,Nicolas Morales; Nora Lezano, David Sisso; Ángelica Gallón,Fernando Mujica, Juan Manuel Gómez, Carlos Solano, Jorge Pinzón, Ángel Unfried; Eduardo Arias y Sandro Romero Rey.
fotos y texto:Marcelo Del Castillo

Biblored, La Red Capital de Bibliotecas Públicas se suma a esta agenda académica y los invita a la conferencia Bogotá, Una década de transformaciones: Rock al Parque. Con el invitado especial Daniel Casas, ex director de Rock al Parque (2005-2009) y reconocido crítico en el ámbito musical. Nos contará el impacto y el tras escena que ha tenido la construcción de la atmósfera musical de Rock al Parque en nuestra cultura y el desarrollo del concepto de ciudad.
Centro Cultural Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo. Teatro Estudio
Fecha: Miércoles 13 de julio a las 5 p.m.

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