Francisco Ayala: un hombre de letras caracterizado. Heredero directo de la veta imaginativa de Cervantes que nos deja una obra para ir a ella con su vigencia cuando los escritores escribían sin los afanes de la figuración ni el mercantilismo de las editoriales.
Claude Lèvi-Strauss, el antropólogo francés que revolucionó el anquilosado mundo de la antropología y le dio el carácter de modernidad que le faltaba para estar hoy, entre las disciplinas que explican mejor los mitos de la propia cultura.
Alda Merini, la poetisa italiana excandidata al Nobel. Se liberó en vida de esa ansiedad de esperar lo que sólo por una vez esperó y que no le llegó jamás: Un Premio Nobel, que ni lo buscó y que ya nunca lo logró. Con ella se recuerda un tópico de los creadores de
Hoy el propio gobierno italiano para reparar el olvido que en vida tuvo va a darle unas exequias con honores de personalidad de estado
Todos ellos en su campo contribuyeron a hacer más amable el mundo y darle más significación y sentido a la cultura. Sus obras están al escrutinio y reparo de volver siempre a ellas. Paz en sus tumbas.
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